El Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú rechazó este sábado 30 de agosto las declaraciones de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y cuestionó sus afirmaciones sobre el encarcelamiento de Pedro Castillo.
La Cancillería reaccionó tras el anuncio de Sheinbaum en su cuenta de X (antes Twitter), donde dio a conocer que recibió en el Palacio Nacional al abogado Guido Croxatto, defensor de Castillo.
Durante la reunión, la mandataria mexicana expresó solidaridad con la familia del exgobernante y calificó de “injusta” la detención que mantiene al exmandatario en prisión desde diciembre de 2022 por el golpe de Estado televisado a escala nacional.
En un comunicado oficial, la diplomacia peruana remarcó que “el ciudadano Pedro Castillo no es un perseguido político, como falsamente pretende sostener la señora Sheinbaum”.
La nota recordó que el 7 de diciembre de 2022, el entonces jefe de Estado anunció la disolución del Congreso, la instauración de un gobierno de excepción y la reorganización de instituciones como el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional.
“Estos hechos constituyeron un golpe de Estado fallido y un quiebre manifiesto de la institucionalidad democrática, sancionado conforme a las leyes peruanas”, precisó el pronunciamiento de la Cancillería.
El ministerio agregó que la situación jurídica de Castillo responde a decisiones adoptadas en el marco del Estado de derecho, con respeto al debido proceso y a las garantías constitucionales.
El gobierno peruano calificó de “afirmación falsa e inaceptable” presentar la detención de Castillo como persecución política. También acusó a Sheinbaum de sostener una “posición ideologizada” que contradice los principios del derecho internacional.
Entre esos principios, destacó el respeto a la soberanía y la no injerencia en asuntos internos. La nota diplomática añadió que resulta “sorprendente” que la mandataria mexicana ignore que la comunidad internacional, incluido el secretario general de Naciones Unidas, condenó el intento de golpe de Estado del 2022.
La relación entre ambos países ya había atravesado tensiones en diciembre de ese año, cuando el gobierno de Andrés Manuel López Obrador concedió asilo a Lilia Paredes, esposa de Castillo, y a sus hijos.
Esa decisión motivó la expulsión del embajador mexicano en Lima y un severo impasse diplomático. Con este nuevo episodio, el vínculo bilateral vuelve a tensarse.
La Cancillería reiteró que seguirá defendiendo la institucionalidad democrática y la soberanía del Perú frente a lo que considera una intromisión injustificada del gobierno mexicano.
Fuente: Expreso.