También a mi gran amigo Homero Bazán, cuyo libro “Cajachismos” sirve para hablar allá. LOS JUEVES EN LA REPÚBLICA, GONZALEZ VIAÑA.
Por Eduardo González Viaña
CAJAMARCA: MIL HISTORIAS POR CONTAR
“Perseguido por un toro bravo, el tío Lino se había subido sobre un árbol de mostaza, y desde allí le hacía zumba: ‘Das crees que me vas a fregar’, mientras el animal bufaba y rascaba el suelo con rabia. Tanto rabió que el árbol ya estaba a punto de venirse abajo.
En eso que yastaba por caerse la mostaza, atinó a pasar porai una nube redonda que volaba bajito. Cuando estuvo a la mano, el tío ¡das! se metió dentro de ella y se fue volando hasta Trujillo”.
La X Feria del Libro de Cajamarca se realiza en esa ciudad del 25 de septiembre al 3 de octubre, y promete ser una de las actividades culturales más importantes del país.
Creo que, como las ediciones anteriores, el personaje principal de este evento va a ser Lino León, un fantástico fabulador del siglo XIX cuyas historias orales han sido recopiladas por el gran pintor y escritor Andrés Zevallos de la Puente.
Cajamarca es, en el planeta, una de las ciudades eternas. Si en el Viejo Mundo, Jerusalem es la tierra de la redención humana, Roma la ciudad de los césares y Constantinopla el lugar de la tragedia que parte al mundo en dos; en el nuestro, Cusco, México y Cajamarca son las urbes donde se funda una historia del hombre y donde se sufre la desintegración de un sueño milenario. Las diferentes mitologías coinciden en que cada una de ellas tiene un doble en el cielo.
Andrés Zevallos de la Puente ha fallecido hace ocho años. Sin embargo, sobreviven en sus lienzos los toros que pintó y las azucenas, los manzanos y las multitudes, las siembras y las cosechas, las danzas y los cóndores, las mujeres, los hombres y los niños, el verano y el invierno, el atardecer y el olvido. Sinceramente, creo que Andrés es uno de los inventores de Cajamarca.
“Las historias del tío Lino”, un libro que se publica en nueva edición, relata los decires mentirosos de un narrador del siglo XIX cuyas historias se han propagado de boca en boca y han llegado hasta nuestro tiempo. Andrés las recopiló y las puso en el mismo castellano en que son habitualmente contadas.
De Lino León, se sabe poco. Los relatos orales acerca de él acontecen en un tiempo inmediatamente anterior a la guerra con Chile. De todas formas, hay familias en Cajamarca y otros departamentos del norte que lo ubican como su seguro antecesor. Por mi parte, entiendo que fue tío de mi padre, el doctor Eduardo González León y, por lo tanto, su parentesco me honra.
La prosa con que narra es tan viva que a veces parece añadir invento al invento y nos hace preguntarnos si no se trata del propio tío Lino reencarnado.
Andrés ―uno de los pintores mayores de América Latina― soportó el precio que se paga por tener imaginación en el Perú. Era un profesor principiante en el colegio San Ramón cuando perdió casi todo lo que tenía en la vida. Su joven esposa falleció de un momento a otro. Él se quedó sin trabajo.
Eran los días de la dictadura de Odría. Un grupo de policías fue al colegio para buscar maestros apristas o comunistas. Y, por supuesto, un artista es siempre un sospechoso. Lo echaron.
Tenía que mantener a sus hijos y se puso a trabajar como camionero. Así recorrió kilómetros y kilómetros de la costa y la sierra en los cuales, supongo, veía las imágenes de su futura pintura.
Todo eso hace que me pregunte si Andrés Zevallos de la Puente existe en verdad o si es una fantástica creación de Cajamarca y creo que, en los tiempos futuros, la gente se preguntará quién inventó a quien, si Andrés al tío Lino o el tío Lino a Andrés.
Cuarenta editoriales y centenares de danzantes, cuentacuentos, músicos, pintores… e incluso escritores tan ilusos como yo, nos presentamos en una edición de la feria que lleva el lema “Diez años leyendo juntos, mil historias por contar”.
La FERICAJ 2025 rendirá homenaje al escritor cajamarquino Homero Bazán Zurita, una de las voces más influyentes en la revalorización de la cultura e identidad cajamarquinas, y autor de “Cajachismos”, un libro esencial para ir a Cajamarca si usted quiere que todo el mundo allí lo entienda.