A pesar de compartir similitudes geográficas y una riqueza notable en recursos naturales, Cajamarca y Arequipa presentan hoy una brecha considerable en competitividad regional. Según el último Índice de Competitividad Regional 2023 del IPE, Arequipa se posiciona como la segunda región más competitiva del país, mientras que Cajamarca ocupa el puesto 22 de 25 regiones.
Esta diferencia responde principalmente a la forma en que cada territorio gestiona y transforma su potencial. Arequipa ha sabido capitalizar su minería, agroindustria y comercio a través de infraestructura sólida, acceso a servicios básicos, conectividad vial y urbana, además de un entorno empresarial más dinámico y diversificado. Su institucionalidad local y regional, aunque con retos, mantiene estándares relativamente mejores de gestión y ejecución de proyectos.
En contraste, Cajamarca, con importantes reservas mineras y tierras agrícolas, enfrenta desafíos persistentes: conflictividad social alrededor de la gran minería, falta de proyectos de diversificación productiva, infraestructura vial insuficiente y brechas críticas en educación y salud. A ello se suma la debilidad institucional y la baja capacidad de ejecución de gobiernos locales, que limitan inversiones y retrasan obras estratégicas.
Cerrar esta brecha exige articular esfuerzos público-privados, recuperar la confianza social en la inversión y fortalecer la gestión del territorio para convertir su riqueza natural en desarrollo sostenible. Cajamarca no carece de recursos: necesita convertir su potencial en oportunidades reales para sus ciudadanos.
Fuente: Rodolfo Ortiz
