El diestro peruano salió en hombros después de cortar tres orejas en una tarde con contenido y marcada por lleno que registró la plaza de Acho
Acho se vestía de gala para vivir una tarde para la historia de Perú y de Roca Rey. La máxima figura del toreo en la actualidad celebraba diez años de alternativa que fueron resumidos en una sola tarde. Tres orejas, entrega, capacidad, madurez y buen toreo fueron los argumentos de un festejo que quedará para el recuerdo por los dos ‘No hay billetes’ que colgó el coso peruano durante el fin de semana y por la puesta en escena de Roca Rey en la celebración de su primer década como matador de toros.
El quinto de la tarde fue un toro de Cuvillo con el que Roca Rey puso Acho patas arriba. El quite por saltilleras y los lances a una mano con el capote fueron el preludio a la faena más rotunda de la tarde. Brindó el toro a su hermano Fernando y comenzó de rodillas con mucha exposición cerca de tablas, rematando la primera serie con una arrucina de rodillas que puso en pie al público. Las tandas ligadas sobre la diestra fueron surgiendo. Buenos momentos también al natural. Cuando el toro se vino a menos, el diestro peruano pisó terrenos comprometidos con autoridad y valor. Enterró el acero al segundo intento y cortó una oreja.
La actuación de Roca Rey al cuarto de la tarde fue una clara exposición de su capacidad y técnica frente a un animal noble pero con sus matices. Inicialmente, el diestro peruano se lució con un ceñidísimo quite por gaoneras como preludio a una faena de muleta en la que Roca Rey expuso su toreo más maduro y técnico. Una actuación de largo metraje y con contenido que fue rubricada con una gran estocada que le valió la oreja.
Salió con todo ante el segundo de la tarde, un toro de Cuvillo que tuvo movilidad y buena condición en la muleta del peruano. Comenzó la faena de rodillas con varios pases cambiados por la espalda, metiendo de lleno al público en lo que sucedía en el ruedo. Poco a poco, Roca Rey fue construyendo una faena con contenido y argumentos por ambos pitones. Cuando el toro se vino a menos, optó por las distancias cortas. Remató por bernadinas y dejó una estocada entera. Paseó la primera oreja de la tarde.
Abrió la tarde un toro abanto de Domingo Hernández, con el que dejó un buen recibo capotero Roca Rey. Tuvo humillación en las telas de los subalternos. Tanta, que sufrió dos volantines que lo mermaron a la postre. La calidad sin fuerza ni poder del animal condicionaron una actuación de Roca Rey de buen tono pero sin el eco necesario para el triunfo. Silencio
En tercer lugar salió un toro de Paiján que fue de más a menos debido a la condición del animal durante el tercer tercio, pues después de hacer varios amagos de rajarse durante los primeros compases se acabó rajando a mitad de faena. Roca Rey estuvo dispuesto y voluntarioso con el animal en todo momento. Los mejores momentos llegaron sobre la diestra en los primeros compases de la faena. Tuvo que matarlo pegado a tablas. Silencio.
El sexto de la tarde no gustó desde su salida y las protestas llevaron al presidente a sacar el pañuelo verde, saliendo un sobrero de la ganadería titular que también fue protestado por su presentación. Roca Rey estuvo firme y dispuesto con un animal cuyo deslucido comportamiento no permitió al peruano cerrar su encerrona paseando trofeos.
Fuente:MUNDOTORO








