Luis Reyes Rodríguez, un joven de 28 años, permanece en estado crítico en el Hospital Loayza luego de sufrir una fractura craneal durante los enfrentamientos registrados en el Centro de Lima el miércoles 15 de octubre, en medio de una jornada de protestas.
Según su familia, Luis Reyes presenta una parte del cerebro destruida e irreparable, motivo por el cual fue inducido al coma para evitar un mayor deterioro de su salud. “El médico nos ha dicho que tiene una parte del cerebro destruida y que es irrecuperable. Lo han inducido al coma para protegerlo hasta que lo operen”, declaró un familiar a los medios.
Actualmente, el joven permanece en la Unidad de Emergencia, conectado a un respirador artificial mientras espera ser sometido a una intervención quirúrgica. Sus familiares exigen respuestas a las autoridades y una investigación exhaustiva para esclarecer las circunstancias en que resultó herido.
“Nos preocupa la gravedad de su lesión. Sabemos que fue herido en la marcha y queremos saber qué fue lo que pasó”, manifestaron.
CONTEXTO DE LA PROTESTA
El incidente ocurrió durante una jornada de enfrentamientos entre manifestantes y efectivos de la Policía Nacional del Perú en el Cercado de Lima. La violencia dejó más de 100 heridos y una persona fallecida, identificada como Eduardo Ruiz Sáenz, de 32 años.
El presidente José Jerí lamentó públicamente el fallecimiento y pidió que “las investigaciones determinen con objetividad los hechos y responsabilidades”. Por su parte, el ministro del Interior, Vicente Tiburcio, anunció una investigación inmediata y negó la participación de agentes del grupo Terna en las protestas.
Asimismo, la Defensoría del Pueblo del Perú confirmó que 102 personas heridas policontusas fueron trasladadas a distintos hospitales, entre ellas 23 civiles y 59 policías.
Mientras tanto, los médicos del Hospital Loayza mantienen bajo vigilancia permanente a Luis Reyes Rodríguez, cuyo pronóstico es reservado. Su caso se ha convertido en un símbolo del alto costo humano que dejaron las protestas en la capital.
Fuente: Jaime Abanto Padilla
