
Mi historia no empezó en una oficina elegante, ni en una universidad de lujo. Empezó en México, con los consejos de mi papá: “Nunca pongas todos los huevos en una sola canasta.” Cuando tenía 12 años, mientras otros niños jugaban, yo invertía mis primeras monedas en acciones. No porque entendiera todo… sino porque sentía que el futuro se construía peso a peso. 💰📚
Perdí a mi padre siendo joven. Fue un golpe que me partió en dos. De un día para otro, entendí que el mundo no espera a nadie. Mientras estudiaba ingeniería, trabajaba y buscaba oportunidades donde nadie más las veía. En las peores crisis económicas de México, cuando todos vendían por miedo, yo compraba por fe. Invertí cuando parecía una locura. 🏢🛠️
Me señalaron, me criticaron, me llamaron “ambicioso” en tono despectivo. Lo que no entendían es que no buscaba dinero para presumirlo… buscaba construir un imperio que fuera tan sólido que ni los temblores de la vida pudieran derribarlo. Así nació Grupo Carso, Telmex, y muchas otras empresas que hoy generan miles de empleos. No por suerte. Por resiliencia. 🌎📈
Hoy me llaman uno de los hombres más ricos del mundo. Pero lo que realmente soy… es el hijo de un inmigrante que entendió que la riqueza más valiosa no cabe en un banco: vive en la mente, el corazón y la capacidad de no rendirse. 🧠💥
“La vida no premia a los que corren más rápido… premia a los que siguen caminando cuando todos los demás ya se detuvieron.” 🏃♂️🔥
–Carlos Slim







